martes, 16 de diciembre de 2014
miércoles, 15 de octubre de 2014
domingo, 5 de octubre de 2014
martes, 17 de junio de 2014
El pop y el costumbrismo se dan la mano en la zarzuela
Publicado en Asturias Diario el 14 de junio de 2014
El próximo miércoles, y durante tres funciones (18, 20 y 22
de junio) el Festival de Teatro Lírico de Oviedo recupera una de las obras
cumbre de la producción de Ruperto Chapí: ‘Curro Vargas’. Estrenada el
pasado mes de febrero en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, cuenta con la
dirección de escena del británico Graham Vick, que promete una visión más
‘europea’ de una tragedia asentada en el folklore español, además de la
dirección musical de Martín Baeza-Rubio, y contará con las voces de Alejandro
Roy, Cristina Faus y Joan Martín-Royo en los papeles principales.
‘Curro Vargas’ no es más que la continuación del Chapí
que se encumbró con ‘La Bruja’, con un rico lenguaje
musical heredero de modelos wagnerianos y un sólido libreto –firmado por
Joaquín Dicenta y Manuel Paso– con pinceladas veristas que no rehuye el
compromiso ni la tragedia, que incluso se recrea en el dolor y que busca el
conocimiento de los personajes para de esta manera tratar de entender la doble
inmolación que acontece al final de la historia.
El argumento, basado en ‘El niño de la bola’ de
Pedro Antonio de Alarcón, narra la vida de un pueblo inquieto ante el regreso
de su paisano Curro Vargas, antiguo pretendiente de Soledad a quien ella
correspondía y había jurado fidelidad, y que fue hace un tiempo despreciado por
el padre de la joven (ahora ya muerto), pues deseaba para su hija un marido
rico. Curro salió de su pueblo en busca de fortuna, pero antes lanzó una amenaza
de muerte sobre quien lograra el amor de esa mujer y sobre la mujer misma.
Musicalmente demuestra un rico conocimiento teatral del
compositor, que define claramente dos grupos de cantantes (nobles y villanos),
que no obstante, y a pesar de las diferencias habituales en sus líneas de
canto, experimentan la tragedia en mayor o menor medida, con un halo de
tristeza que atraviesa toda la partitura.
Con estos mimbres Chapí, Dicenta y Paso construyen una
mordaz crítica social llena de matices y complejos niveles de lectura, un rico
estudio de los comportamientos humanos que encierra un profundo debate ético y
moral: violencia de género, explotación laboral, pasiones encontradas y el
poder de la religión son temas transversales que aparecen a lo largo de la partitura.
A pesar de constituir una cima dentro de la producción de
Chapí, ‘Curro Vargas’ había caído en un olvido desde ahora reparado, para poner
sobre el escenario la versión sin cortes tal y como se concibió para su estreno
el 10 de diciembre de 1898 en el teatro Parish de Madrid. El encargado de
llevarla a la escena es Graham Vick, uno de los más prestigiosos directores de
escena del mundo, director de la Brimingham Opera Company, y habitual
colaborador de Paolo Pinamonti, director del Teatro de la Zarzuela, que desde
su llegada al cargo en Madrid tuvo muy claro que quería llevar a la zarzuela a
un nuevo nivel, internacionalizándola con profesionales de este calibre.
Vick presenta una visión contemporánea, acercando al drama a
nuevos públicos con toques pop, incluso ‘almodovarianos’, recalcando el
costumbrismo y poniendo sobre la mesa que, a pesar de la distancia temporal,
los valores morales y religiosos no han cambiado tanto en España.
En el foso del Campoamor se encontrará un debutante en la
ciudad, Martín Baeza-Rubio, director titular del Ensamble Moderno de
la Deutsche Oper de Berlin, será el encargado de llevar a buen puerto esta
compleja partitura.
El tenor asturiano Alejandro Roy será el protagonista
absoluto de la función, con un rol tremendamente exigente, que implica un
enorme desgaste vocal y mental. Compartirá escenario con Cristina Faus en el
papel de Soledad, la enamorada de Curro que se ha casado con Don Mariano,
encarnado por el barítono Joan Martín-Royo. Un plantel de secundarios de lujo
completan el elenco, con Luis Álvarez como el padre Antonio, Milagros Martín
como Doña Angustias, Israel Lozano como Timoteo o Gerardo Bullón como el
Capitán Velasco.
Pese a lo minimalista de la producción, basada en un
rotativo y elementos alegóricos de la vida de los personajes, muy en el estilo
‘inglés’ que es marca de la casa de Vick, las grandes escenas que constituyen
cada uno de los finales de acto (tres en total) subirán al escenario a cerca de
cien personas, entre solistas, coro, figurantes, bailarines, y la participación
de la Banda de Música Ciudad de Oviedo, que tendrá un importante papel en la
procesión que cierra el segundo acto. En total estamos ante un espectáculo que
se extiende hasta casi las cuatro horas de duración, con dos descansos de por
medio.
FICHA
Curro Vargas
Curro Vargas
Música de Ruperto Chapí y libreto de Joaquín Dicenta y Antonio
Paso y Cano, basado en el libro "El niño de la bola" de Pedro Antonio
de Alarcón
Producción del Teatro de la Zarzuela
Dirección escénica de Graham Vick
Dirección musical de Martín Baeza-Rubio
Producción del Teatro de la Zarzuela
Dirección escénica de Graham Vick
Dirección musical de Martín Baeza-Rubio
Personajes e intérpretes:
Soledad: Cristina Faus
Doña Angustias: Milagros Martín
Rosina: Ruth González
La Tía Emplastos: Aurora Frías
Curro Vargas: Alejandro Roy
Timoteo: Israel Lozano
Don Mariano Romero: Joan Martín-Royo
El capitán Velasco: Gerardo Bullón
El padre Antonio: Luis Álvarez
El señor Pedro / Alcalde: Airam de Acosta
Soledad: Cristina Faus
Doña Angustias: Milagros Martín
Rosina: Ruth González
La Tía Emplastos: Aurora Frías
Curro Vargas: Alejandro Roy
Timoteo: Israel Lozano
Don Mariano Romero: Joan Martín-Royo
El capitán Velasco: Gerardo Bullón
El padre Antonio: Luis Álvarez
El señor Pedro / Alcalde: Airam de Acosta
Orquesta Oviedo Filarmonía
Coro Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo (director: Rubén Díez)
Coro Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo (director: Rubén Díez)
Banda de Música Ciudad de Oviedo
Funciones: 18 y 20 de junio (20 horas) y 22 de junio (19
horas)
domingo, 18 de mayo de 2014
lunes, 28 de abril de 2014
Una 'nueva' Marina
Publicado en Asturias Diario el 26 de abril de 2014
Sorprende que títulos tan emblemáticos como ‘Marina’ sigan necesitando hoy una revisión para adecuarlos a las intenciones de su autor. Pero el desdén que la lírica española ha sufrido durante décadas, recibe ahora una pátina de rigor histórico tras incorporar dos números prácticamente olvidados a la ópera española más representada: un danzable y un duo entre Roque y Marina. Esta nueva versión del Teatro de la Zarzuela de Madrid contará con las voces de Sonia de Munck, Ángel Ódena, Antonio Gandía y Luis Cansino, que junto a la Oviedo Filarmonía y la Capilla Polifónica, serán dirigidos por el asturiano Óliver Díaz. La nueva propuesta escénica de Nacho García ahonda en el sentido íntimo de la obra y en la dureza de la vida marinera
martes, 22 de abril de 2014
miércoles, 16 de abril de 2014
TESELAS: El compositor José Nieto (1942). Análisis de la música cinematográfica a través del concepto de música explícita
Teselas es un programa, fruto de un convenio entre la Universidad de Oviedo y RTPA para dar a conocer las tesis doctorales de los jóvenes investigadores.
Entrevista en el programa de la RPA La buena tarde:
Entrevista para la TPA:
martes, 11 de marzo de 2014
domingo, 23 de febrero de 2014
Clásica y Tuits: EL JURAMENTO
Joaquín Gaztambide
Festival de Teatro Lírico de Oviedo
27 de febrero, 1 y 2 de marzo. Teatro Campoamor de Oviedo
lunes, 17 de febrero de 2014
domingo, 26 de enero de 2014
sábado, 25 de enero de 2014
Don Giovanni: Don Juan vuelve a la vida
Publicado en Asturias Diario el 25 de enero de 2014
Los mitos son lo que son por su capacidad para pervivir en la mente de la gente durante siglos, generando todo un mundo evocador a su alrededor y sirviendo de inspiración más o menos consciente a cuantos artistas se enfrentan al reto de crear algo nuevo. Este es el caso del libertino por excelencia, ‘Il dissoluto’, Don Juan. El último título de la Temporada de la Ópera de Oviedo supone la recuperación de la producción del ‘Don Giovanni’ de Mozart que cosechó un gran éxito en 2009 con un reparto encabezado por Rodion Pogossov, Simón Orfila, Virginia Tola, María José Moreno y Ievgen Orlov. En el foso Ávaro Albiach para una producción que se estrena mañana a las 19 horas, y que será continuada los días 28, 30 y 1 de febrero (en horario habitual de 20 horas). Además, el segundo reparto tendrá su oportunidad el día 31.
El tema para esta nueva ópera fue sugerido por el libretista Lorenzo da Ponte, sacerdote ilustrado, simpatizante de las avanzadas ideas que por aquel entonces comenzaban a aflorar, y amigo de juergas y aventuras amorosas. Como libretista, Da Ponte era el más cotizado en una Viena donde florecían los grandes compositores operísticos: desde Antonio Salieri hasta ‘il spagnolo’ Vicente Martín y Soler, todos solicitaron sus textos. Amigo de las ideas que dieron origen a la Revolución Francesa, y asiduo lector de Jean- Jacques Rousseau, encontró en Mozart el compañero ideal para impregnar de un grado de subversión cada colaboración para la escena. La alianza, que comenzó en 1786 poniendo música a una obra teatral de Beaumarchais por entonces prohibida (‘Le marriage de Figaro’), tendría dos capítulos más con el ‘Don Giovanni’ y, por último, con la divertida y cínica farsa ‘Così fan tutte’ (1790).
La idea de la muerte domina toda la representación. Más aún: la ópera comienza con un asesinato en escena -algo poco común y un elemento más de transgresión para la época- y finaliza con el castigo al libertino, que es arrastrado a los infiernos en medio de una música y un texto terribles. A pesar del ‘lieto fine’ -final unificador que devuelve el orden tras la tragedia, y que durante el romanticismo fue suprimido- el dolor y la violencia unifican la obra. Pero no se trata de una violencia física, sino psicológica. Don Giovanni somete a los que le rodean a un auténtico tormento por medio del sarcasmo, la desesperanza y la angustia. Su forma de actuar determina la aparición de una contrafuerza similar, una némesis encarnada en Donna Anna, que se constituye en la inductora de la acción en signo contrario, llevando a la historia a una polarización extrema entre los dos personajes.
Desde la obertura se marca el carácter de ‘drama giocoso’ con el que Mozart bautizó a su nueva obra. Su estructura bipartita anuncia los dos polos –comedia y drama- por los que va a transcurrir en un complicado equilibrio el resto de la representación. La idea de presentar temas que más tarde se van a volver a escuchar era realmente innovadora para la época. En el caso del comienzo, se adelanta lo que al final de la ópera será la entrada de la estatua del Comendador cantando “Don Giovanni, a cenar teco...”, otorgando al conjunto un carácter circular.
Este carácter complejo necesita un reflejo en la dirección de escena para poder mostrar todos los matices del texto, y guiar al espectador por un extensísimo reparto y una multitud de escenarios, desde palacios a un cementerio. En una coproducción de la Ópera de Oviedo y el Theatermagdeburg, el encargado de firmar la escenografía es Alfred Kirchner. Este director alemán firmó también otra producción que fue repuesta y que se convirtió en una de las más espectaculares y aplaudidas de la historia reciente del ciclo operístico ovetense: el ‘Tristán e Isolda’ de Wagner.
El estreno en Praga fue un éxito rotundo. La ciudad que aplaudió a rabiar ‘Las bodas de Fígaro’, que bautizó a su trigésimo octava sinfonía, y en la que Mozart encontró la comprensión y el cariño que nunca había encontrado en Viena, fue la que acogió el estreno de ‘Don Giovanni’ el 29 de octubre de 1787. El empresario del teatro envió a Da Ponte una nota de lo más elocuente: “¡Viva Da Ponte, viva Mozart! Mientras vivan, nunca se sabrá lo que es la miseria teatral”. El resto de representaciones no le fueron a la zaga, y el furor de la ciudad por su compositor era tal, que pedían a Mozart que se quedase para componer una nueva ópera. Pero la vuelta a Viena era inevitable. El interés del Emperador José II por el ‘Don Giovanni’ crecía por momentos a medida que llegaban a sus oídos las maravillas que se hablaban de esta nueva obra. Con algunas modificaciones, como la adición de nuevas arias y dúos al contar con un reparto más brillante, Mozart presentó su creación ante los vieneses el 7 de mayo de 1788 y, como siempre, fue acogida cuanto menos con frialdad por parte del público de la capital imperial. La opinión general se resume en el comentario del emperador: “La ópera es divina, casi más bella que el ‘Fígaro’, pero no es manjar para los dientes de mis vieneses”, a lo que Mozart contestó sin inmutarse: “Démosles tiempo para masticarlo”.
Y el mundo no tardó en masticar y digerir este hito. ‘Don Giovanni’ fue calificada por Rossini como “la mejor ópera de la historia”, y fue inspiradora de numerosos textos de literatos y filósofos, desde Goethe –quien, fascinado por el carácter de la nueva música de Mozart, declaró que él habría sido el único capaz de poner música a su ‘Fausto’- hasta Hoffmann o Kierkegaard. Oviedo es una ciudad ciertamente poco ‘mozartiana’ (ya se sabe, Oviedo es ‘romántico’), y se refleja en el histórico de temporadas, que desde 1948 nos revela que la historia del libertino sevillano sólo se ha representado en tres ocasiones (2 funciones en 1996, cinco en 2009 y otras cinco en el presente 2014).
VER FICHA COMPLETA
El tema para esta nueva ópera fue sugerido por el libretista Lorenzo da Ponte, sacerdote ilustrado, simpatizante de las avanzadas ideas que por aquel entonces comenzaban a aflorar, y amigo de juergas y aventuras amorosas. Como libretista, Da Ponte era el más cotizado en una Viena donde florecían los grandes compositores operísticos: desde Antonio Salieri hasta ‘il spagnolo’ Vicente Martín y Soler, todos solicitaron sus textos. Amigo de las ideas que dieron origen a la Revolución Francesa, y asiduo lector de Jean- Jacques Rousseau, encontró en Mozart el compañero ideal para impregnar de un grado de subversión cada colaboración para la escena. La alianza, que comenzó en 1786 poniendo música a una obra teatral de Beaumarchais por entonces prohibida (‘Le marriage de Figaro’), tendría dos capítulos más con el ‘Don Giovanni’ y, por último, con la divertida y cínica farsa ‘Così fan tutte’ (1790).
La idea de la muerte domina toda la representación. Más aún: la ópera comienza con un asesinato en escena -algo poco común y un elemento más de transgresión para la época- y finaliza con el castigo al libertino, que es arrastrado a los infiernos en medio de una música y un texto terribles. A pesar del ‘lieto fine’ -final unificador que devuelve el orden tras la tragedia, y que durante el romanticismo fue suprimido- el dolor y la violencia unifican la obra. Pero no se trata de una violencia física, sino psicológica. Don Giovanni somete a los que le rodean a un auténtico tormento por medio del sarcasmo, la desesperanza y la angustia. Su forma de actuar determina la aparición de una contrafuerza similar, una némesis encarnada en Donna Anna, que se constituye en la inductora de la acción en signo contrario, llevando a la historia a una polarización extrema entre los dos personajes.
Desde la obertura se marca el carácter de ‘drama giocoso’ con el que Mozart bautizó a su nueva obra. Su estructura bipartita anuncia los dos polos –comedia y drama- por los que va a transcurrir en un complicado equilibrio el resto de la representación. La idea de presentar temas que más tarde se van a volver a escuchar era realmente innovadora para la época. En el caso del comienzo, se adelanta lo que al final de la ópera será la entrada de la estatua del Comendador cantando “Don Giovanni, a cenar teco...”, otorgando al conjunto un carácter circular.
Este carácter complejo necesita un reflejo en la dirección de escena para poder mostrar todos los matices del texto, y guiar al espectador por un extensísimo reparto y una multitud de escenarios, desde palacios a un cementerio. En una coproducción de la Ópera de Oviedo y el Theatermagdeburg, el encargado de firmar la escenografía es Alfred Kirchner. Este director alemán firmó también otra producción que fue repuesta y que se convirtió en una de las más espectaculares y aplaudidas de la historia reciente del ciclo operístico ovetense: el ‘Tristán e Isolda’ de Wagner.
El estreno en Praga fue un éxito rotundo. La ciudad que aplaudió a rabiar ‘Las bodas de Fígaro’, que bautizó a su trigésimo octava sinfonía, y en la que Mozart encontró la comprensión y el cariño que nunca había encontrado en Viena, fue la que acogió el estreno de ‘Don Giovanni’ el 29 de octubre de 1787. El empresario del teatro envió a Da Ponte una nota de lo más elocuente: “¡Viva Da Ponte, viva Mozart! Mientras vivan, nunca se sabrá lo que es la miseria teatral”. El resto de representaciones no le fueron a la zaga, y el furor de la ciudad por su compositor era tal, que pedían a Mozart que se quedase para componer una nueva ópera. Pero la vuelta a Viena era inevitable. El interés del Emperador José II por el ‘Don Giovanni’ crecía por momentos a medida que llegaban a sus oídos las maravillas que se hablaban de esta nueva obra. Con algunas modificaciones, como la adición de nuevas arias y dúos al contar con un reparto más brillante, Mozart presentó su creación ante los vieneses el 7 de mayo de 1788 y, como siempre, fue acogida cuanto menos con frialdad por parte del público de la capital imperial. La opinión general se resume en el comentario del emperador: “La ópera es divina, casi más bella que el ‘Fígaro’, pero no es manjar para los dientes de mis vieneses”, a lo que Mozart contestó sin inmutarse: “Démosles tiempo para masticarlo”.
Y el mundo no tardó en masticar y digerir este hito. ‘Don Giovanni’ fue calificada por Rossini como “la mejor ópera de la historia”, y fue inspiradora de numerosos textos de literatos y filósofos, desde Goethe –quien, fascinado por el carácter de la nueva música de Mozart, declaró que él habría sido el único capaz de poner música a su ‘Fausto’- hasta Hoffmann o Kierkegaard. Oviedo es una ciudad ciertamente poco ‘mozartiana’ (ya se sabe, Oviedo es ‘romántico’), y se refleja en el histórico de temporadas, que desde 1948 nos revela que la historia del libertino sevillano sólo se ha representado en tres ocasiones (2 funciones en 1996, cinco en 2009 y otras cinco en el presente 2014).
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