sábado, 7 de mayo de 2011

Opereta española en el Festival Lírico





07/05/2011



El Sorozábal más naturalista desembarca en el Festival Lírico de la mano del tercer título de los cuatro que componen la temporada 2011: ‘La del manojo de rosas’, título emblemático del compositor, que regresa al Campoamor en una exitosa producción con el sello del asturiano Emilio Sagi, que en esta ocasión será dirigida escénicamente por Javier Ulacia. Una historia de la calle, sin ínfulas nobles ni grandes escenarios, que transcurre en la imaginaria pero ya mítica plaza madrileña ‘Delquevenga’, una historia de amor entre una florista y un mecánico, con un aviador como tercero en discordia, y que bebe de las fuentes más actuales, acercándose al cabaret con números plenos de intención jazzística, e imbuidos de los por entonces nuevos ritmos del fox-trot. Ocho serán las funciones que, desde el próximo lunes, se representarán de este ‘Manojo’, con las voces de David Menéndez y Jorge Rodríguez-Norton, y la presencia femenina, en un doble reparto, de Sabina Puértolas y Maite Alberola. En el foso, el nuevo director titular de la Oviedo Filarmonía, el italiano Marzio Conti, se estrena en el género.

El gran acierto de Sorozábal, que se consagró definitivamente como compositor con esta obra, estrenada en el Teatro Fuencarral de Madrid el 13 de noviembre de 1934, fue huir de tópicos, acercarse al público y ofrecer una música directa, de fácil consumo, aunque sin renunciar a la calidad. Una partitura con un fuerte componente bailable, que Goyo Montero, responsable de la coreografía en esta producción, aprovecha al máximo a través de un fox-trot (“Tienes que ser dócil como un can”) y peleas coreografiadas a ritmo de un irreconocible chotis en el dúo “¿Quién es usted?”, fácilmente identificables como precursoras de las confrontaciones entre bandas rivales del ‘West Side Story’ de Bernstein. De hecho, esta opereta, o sainete lírico en dos actos, que fue la advocación bajo la que fue estrenada, se inscribe en una línea más cercana al musical moderno, aunque sin abandonar el carácter más lírico, brindando al público dos romanzas que han pasado al repertorio de los recitales vocales a lo largo de todo el mundo: “No corté más que una rosa”, para soprano, y el “Madrileña bonita” para barítono.

Sorozábal tomó el título de su producción de un verso perteneciente al célebre dúo de Maripepa y Felipe en ‘La Revoltosa’, zarzuela de Chapí de 1897, y convirtió a la música que acompaña a este verso en el leitmotiv principal de la tiple, y, por extensión, en el tema principal de la zarzuela.

El humor, presente a lo largo de todo el libreto firmado por Anselmo C. Carreño y Francisco Ramos de Castro, se aglutina sobre todo en las tramas secundarias, que incluyen a la pareja formada por Capó y Clara, y al barman Espasa, aspirante a intelectual, cuya verborrea incontrolable, en forma de un dificilísimo texto para el actor (en Oviedo, Luis Varela), llena el escenario de expresiones rimbombantes que nunca conducen a ningún sitio.

La conciencia social y obrera (Sorozábal jamás se preocupó por ocultar sus simpatías políticas) hacen de esta obra algo más que un sainete intrascendente. Se trata de una fotografía del momento por el que estaba pasando España en aquel año 34, cuando la enciclopedia Espasa (de la que toma nombre el hiperbólico camarero) acababa de ser editada y cualquiera podía presumir de ilustrado. Donde las familias acomodadas cada vez lo eran menos y el barrio obrero ganaba en importancia social, donde la nueva música lo inundaba todo a través de la radio y los automóviles eran ya imprescindibles. Una España, en resumen, muy alejada de los maniqueísmos del siglo XIX.

La versión escénica de Sagi data de los años 90. Se trata de una ‘reposición’, ya que, al igual que pasó con la anterior ‘Chulapona’ del Festival, ya se ha visto en Oviedo. La propuesta se basa en el realismo más absoluto, presentando la plaza donde se desarrolla la acción con una precisión milimétrica, cuidando hasta el último detalle, para convertir el teatro en una verdadera calle llena de vida.

Uno de los mayores atractivos será la aparición en el foso del nuevo director titular de la Oviedo Filarmonía, el italiano Marzio Conti, que podrá demostrar cómo se desenvuelve en el repertorio español, aunque ya dejó algunas pinceladas dirigiendo fragmentos de zarzuela en los Premios Líricos en el mes de enero. La presencia femenina tendrá un doble reparto en el papel de Ascensión: la navarra Sabina Puértolas, que ya triunfó en el teatro ovetense en la Temporada de Ópera como protagonista de ‘La coronación de Poppea’ y la valenciana Maite Alberola, ganadora en 2008 del prestigioso certamen Operalia organizado por Plácido Domingo en la categoría de zarzuela. El apartado masculino quedará cubierto con dos asturianos, el barítono David Menéndez y el tenor Jorge Rodríguez Norton. En el apartado de secundarios, la pareja de Capó y Clara será interpretada por Rafa Castejón y Paloma Curros, además de contar con actores como Luis Varela, Pilar de la Torriente o Vicente Esteve.


(Foto: Festival Lírico de Oviedo)

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