sábado, 7 de mayo de 2011

Entrevista a Israel L. Estelche, compositor, ganador del concurso de composición de la OSPA





07/05/2011

“Es necesario apoyar la creación musical sin ningún tipo de miedo”

Israel López Estelche (Santoña, 1983) es un compositor consagrado ya en Oviedo, donde ha presentado muchas creaciones suyas, pero también en toda España, donde sus estrenos son cada vez más frecuentes. En febrero resultó ganador del concurso de composición que la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias convocó para celebrar los XX años de la formación. El próximo jueves, con motivo del concierto conmemorativo de la efeméride, la orquesta estrenará esta pieza de algo más de diez minutos que, bajo el nombre de ‘De la eternidad concéntrica’, consiguió convencer al jurado, el cual destacó su “innovación”: una composición “ambiciosa y compleja, tanto para el maestro como para la orquesta”.

El nombre ‘De la eternidad concéntrica’ sorprende ¿de dónde surge?

Es una forma poética de describir un proceso compositivo que aparece al comienzo de la obra. Las primeras estructuras generan una articulación rítmica basada en la intensidad.

¿Cómo se consigue hacer rítmica con la intensidad?

A través de fragmentos musicales que se repiten en diferentes instrumentos, en diferentes momentos y a diferentes intensidades. De esta manera, en un lugar de la orquesta puede estar sonando suave, pero en el opuesto, el ataque fuerte sigue creando la ilusión de la rítmica.

¿De dónde surge la idea de esta composición?

Se podría considerar como el fin de un proceso bastante largo, que comenzó con una obra para guitarra que nunca se llegó a estrenar, y que más tarde adapté a la forma de concierto para marimba. Ésta segunda versión también está inédita y es ahora, al reutilizar aquellas ideas para una composición orquestal, cuando he podido presentarla.

¿Qué se va a encontrar el espectador?

La primera parte, la que da título a la obra, podría considerarse más textural, sin embargo, la segunda parte tiene un fuerte componente tonal, lo que no quiere decir que lo sea. Por supuesto, se van a encontrar también melodías, no renuncio a ellas. Pero todo trato de presentarlo desde una forma renovada.

Los estrenos orquestales no son muy frecuentes en España…

Hay orquestas que tienen una política de estrenos, pero por lo general es necesario que se apoye la creación española sin miedo. La música contemporánea no es sólo el radicalismo de Boulez o Stockhausen, por poner dos ejemplos extremos. Hoy en día se favorece mucho la escritura orquestal, y se tiene en cuenta las posibilidades de los instrumentos y, sobre todo, al público.

¿Es el caso de su obra?

Se podría decir que sí. Uso procesos de vanguardia, como el espectralismo, y aporto todo el bagaje de mis años de estudio en ella, pero es una composición sólida y, espero, fascinante al oído del espectador medio.

La OSPA ‘arropa’ su obra con otras más conocidas para atraer al público. ¿Eso devalúa su creación?

Poco a poco se irán asimilando programas más homogéneos con música plenamente contemporánea. Hoy en día hay que conformarse con aparecer al comienzo de los programas, a modo de obertura, lo que ya es todo un logro. En el concierto hay obras del siglo XXI (Estelche), del XX (Falla) y del XIX (Brahms), es un repaso muy interesante.

¿Cuáles son sus expectativas con respecto a su obra y la interpretación de la OSPA?

Tengo la certeza absoluta de que voy a salir contento del concierto. He visto muchas veces a la OSPA interpretar de forma magistral música contemporánea. Además, la batuta del maestro Valdés es segura. Es un director con una técnica extraordinaria. Pocos hay que tengan una capacidad tan grande de asimilación de la partitura con una lectura.

En su próximo proyecto a nivel nacional también hay una fuerte implicación Asturiana…

Así es. En el mes de junio estrenaré y grabaré para Radio Clásica una cantata en una iglesia desacralizada en Alarcón (Cuenca). Se trata de un proyecto auspiciado por la UNESCO, ya que el lugar está lleno de murales del pintor Jesús Mateo. Tanto los músicos como el coro viajarán desde aquí, estrenarán la obra en el lugar para el que ha sido creada, que tiene unas características sonoras muy especiales, y a partir de septiembre la presentarán en diversas ciudades de España.

¿Qué opinión le merece la programación de música ‘clásica’ de Oviedo?

Es muy atractiva. Sobre todo las Jornadas de Piano, que traen a los más grandes intérpretes a la ciudad. Además, los conciertos del Auditorio también presentan interesantes formaciones, igual que los conciertos de la Sociedad Filarmónica. La temporada de ópera es una de las más longevas e importantes de España, y la de zarzuela es también una garantía de calidad.

¿Qué echa en falta?

Hay que sacar a Oviedo del siglo XIX. Poco a poco se va consiguiendo programando obras cada vez más actuales, y si al público se le informa debidamente y, sobre todo, se le ofrece calidad, siempre lo va a agradecer. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer en esta ciudad.

Usted tiene un pasado como batería ¿cómo ve el trato del Ayuntamiento hacia las músicas populares?

La programación es escasa. Y se está coartando mucho más con iniciativas como las de prohibir conciertos en bares y clubes que han hecho mucho por la música de calidad en esta ciudad. Hace falta mucho más apoyo, más licencias y, sobre todo, coherencia. No se puede pretender que vaya gente a un concierto en un bar si el Ayuntamiento obliga a terminarlo a la hora a la que debería de comenzar.



(Foto: Iván Marínez- Oviedo Diario)



NOTICIA:

La OSPA celebra sus XX años con un estreno y dos clásicos

En 1991 se constituía la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, heredera de la antigua OSA (Orquesta Sinfónica de Asturias), y ofrecía su concierto de presentación el 12 de mayo de ese mismo año. Veinte años después, otro 12 de mayo verá a la Orquesta celebrar su cumpleaños de la mano de su antiguo Director Titular, Max Valdés, y con una particularidad: será la primera vez que la Orquesta presente una obra escrita ex profeso para un concurso de composición convocado por la entidad. Esta nueva composición, -‘De la eternidad concéntrica’, de Israel L. Estelche- será la encargada de abrir el concierto, que se repetirá también en Avilés (13 de mayo) y Gijón (14 de mayo), acercando las celebraciones a los tres puntos emblemáticos de conciertos de la orquesta: el Auditorio Príncipe Felipe, la Casa de Cultura de Avilés y el Teatro Jovellanos. Todos los conciertos serán con entrada gratuita pudiendo retirar las entradas en las taquillas de las ciudades correspondientes.

La obra de Estelche es una composición con ecos minimalistas, muy en la línea de un autor -alumno de compositores como Luis de Pablo, Tomás Marco o David del Puerto- que ha enfocado su carrera a la búsqueda de la resonancia e incluso la música espectral, aunque cada vez más alejado de la radicalidad de sus inicios para buscar un acercamiento más tonal y más cercano al público.

Más tarde llegará el turno de dos clásicos de la formación: la música española estará representada por Manuel de Falla, de quien se interpretará la segunda suite extraída del ballet ‘El Sombrero de Tres Picos’. En ella el autor prescinde de las partes vocales y los elementos de transición de la obra original, una pieza basada en un cuento folclórico y que contó con el auspicio en su estreno en Londres (el 22 de julio de 1919) del director de los Ballets Rusos, Sergei Diaghilev.

Para cerrar el concierto, la segunda parte se dedica a Johannes Brahms y su primera Sinfonía, heredera directa de las nueve compuestas por Beethoven, hasta el punto de que muchas veces ha sido denominada como ‘La Décima Sinfonía’. La larga gestación de la obra –más de catorce años- debido a la inseguridad del autor hacia su propia producción brindó una pieza muy trabajada y madura, una inusual Primera Sinfonía a la altura de las tres restantes que completarían su catálogo en el género, una pieza que, plenamente asentada en el Romanticismo (se estrenó el 4 de noviembre de 1876), puede tildarse de clásica por su apego a la escolástica y la tradición.

FICHA

Concierto XX años OSPA

Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias

Max Valdés, director

I. LÓPEZ ESTELCHE: De la eternidad concéntrica

M. DE FALLA: El Sombrero de Tres Picos: Suite nº 2

J. BRAHMS: Sinfonía, nº 1

Jueves, 12 de mayo, 20 horas. Auditorio Príncipe Felipe (Oviedo)

Viernes, 13 de mayo, 20 horas. Casa de Cltura de Avilés

Sábado, 14 de mayo, 20 horas. Teatro Jovellanos (Gijón)

Opereta española en el Festival Lírico





07/05/2011



El Sorozábal más naturalista desembarca en el Festival Lírico de la mano del tercer título de los cuatro que componen la temporada 2011: ‘La del manojo de rosas’, título emblemático del compositor, que regresa al Campoamor en una exitosa producción con el sello del asturiano Emilio Sagi, que en esta ocasión será dirigida escénicamente por Javier Ulacia. Una historia de la calle, sin ínfulas nobles ni grandes escenarios, que transcurre en la imaginaria pero ya mítica plaza madrileña ‘Delquevenga’, una historia de amor entre una florista y un mecánico, con un aviador como tercero en discordia, y que bebe de las fuentes más actuales, acercándose al cabaret con números plenos de intención jazzística, e imbuidos de los por entonces nuevos ritmos del fox-trot. Ocho serán las funciones que, desde el próximo lunes, se representarán de este ‘Manojo’, con las voces de David Menéndez y Jorge Rodríguez-Norton, y la presencia femenina, en un doble reparto, de Sabina Puértolas y Maite Alberola. En el foso, el nuevo director titular de la Oviedo Filarmonía, el italiano Marzio Conti, se estrena en el género.

El gran acierto de Sorozábal, que se consagró definitivamente como compositor con esta obra, estrenada en el Teatro Fuencarral de Madrid el 13 de noviembre de 1934, fue huir de tópicos, acercarse al público y ofrecer una música directa, de fácil consumo, aunque sin renunciar a la calidad. Una partitura con un fuerte componente bailable, que Goyo Montero, responsable de la coreografía en esta producción, aprovecha al máximo a través de un fox-trot (“Tienes que ser dócil como un can”) y peleas coreografiadas a ritmo de un irreconocible chotis en el dúo “¿Quién es usted?”, fácilmente identificables como precursoras de las confrontaciones entre bandas rivales del ‘West Side Story’ de Bernstein. De hecho, esta opereta, o sainete lírico en dos actos, que fue la advocación bajo la que fue estrenada, se inscribe en una línea más cercana al musical moderno, aunque sin abandonar el carácter más lírico, brindando al público dos romanzas que han pasado al repertorio de los recitales vocales a lo largo de todo el mundo: “No corté más que una rosa”, para soprano, y el “Madrileña bonita” para barítono.

Sorozábal tomó el título de su producción de un verso perteneciente al célebre dúo de Maripepa y Felipe en ‘La Revoltosa’, zarzuela de Chapí de 1897, y convirtió a la música que acompaña a este verso en el leitmotiv principal de la tiple, y, por extensión, en el tema principal de la zarzuela.

El humor, presente a lo largo de todo el libreto firmado por Anselmo C. Carreño y Francisco Ramos de Castro, se aglutina sobre todo en las tramas secundarias, que incluyen a la pareja formada por Capó y Clara, y al barman Espasa, aspirante a intelectual, cuya verborrea incontrolable, en forma de un dificilísimo texto para el actor (en Oviedo, Luis Varela), llena el escenario de expresiones rimbombantes que nunca conducen a ningún sitio.

La conciencia social y obrera (Sorozábal jamás se preocupó por ocultar sus simpatías políticas) hacen de esta obra algo más que un sainete intrascendente. Se trata de una fotografía del momento por el que estaba pasando España en aquel año 34, cuando la enciclopedia Espasa (de la que toma nombre el hiperbólico camarero) acababa de ser editada y cualquiera podía presumir de ilustrado. Donde las familias acomodadas cada vez lo eran menos y el barrio obrero ganaba en importancia social, donde la nueva música lo inundaba todo a través de la radio y los automóviles eran ya imprescindibles. Una España, en resumen, muy alejada de los maniqueísmos del siglo XIX.

La versión escénica de Sagi data de los años 90. Se trata de una ‘reposición’, ya que, al igual que pasó con la anterior ‘Chulapona’ del Festival, ya se ha visto en Oviedo. La propuesta se basa en el realismo más absoluto, presentando la plaza donde se desarrolla la acción con una precisión milimétrica, cuidando hasta el último detalle, para convertir el teatro en una verdadera calle llena de vida.

Uno de los mayores atractivos será la aparición en el foso del nuevo director titular de la Oviedo Filarmonía, el italiano Marzio Conti, que podrá demostrar cómo se desenvuelve en el repertorio español, aunque ya dejó algunas pinceladas dirigiendo fragmentos de zarzuela en los Premios Líricos en el mes de enero. La presencia femenina tendrá un doble reparto en el papel de Ascensión: la navarra Sabina Puértolas, que ya triunfó en el teatro ovetense en la Temporada de Ópera como protagonista de ‘La coronación de Poppea’ y la valenciana Maite Alberola, ganadora en 2008 del prestigioso certamen Operalia organizado por Plácido Domingo en la categoría de zarzuela. El apartado masculino quedará cubierto con dos asturianos, el barítono David Menéndez y el tenor Jorge Rodríguez Norton. En el apartado de secundarios, la pareja de Capó y Clara será interpretada por Rafa Castejón y Paloma Curros, además de contar con actores como Luis Varela, Pilar de la Torriente o Vicente Esteve.


(Foto: Festival Lírico de Oviedo)