sábado, 10 de noviembre de 2012

Turandot, el esplendor de Puccini en la lejana China







El próximo día 15 la ópera de Oviedo presenta el tercer título de la Temporada, ‘Turandot’ de Puccini. Un título de nuevo del gusto de la mayoría de los aficionados que, tras el abrumador éxito de la ‘Lucia di Lammermoor’, tampoco debería tener problemas para arrancar las ovaciones del patio de butacas. Con un reparto de solvencia probada, encabezado por Elisabete Matos, Stuart Neill y Eri Nakamura (que darán paso en la función de segundo reparto a Maribel Ortega, Marc Heller y Beatriz Díaz), y con una nueva propuesta escénica firmada por la asturiana Susana Gómez, devuelven la historia de la princesa china a Oviedo 36 años después de su última representación. A la batuta Gianluca Marcianò y en el foso la Oviedo Filarmonía completan el plantel que ofrecerá funciones los días 15, 18, 21, 23 y 24 de noviembre.


‘Turandot’ es mucho más que el “Nessun Dorma” cantado a pleno pulmón. La ópera de Puccini tiene como siempre el encanto de los paisajes exóticos que tanto gustaban al compositor –que ya había ‘viajado’ con sus óperas al lejano oeste o a Japón– unido con una música sublime, tan descontextualizada de su época que parece mentira que fuese estrenada una año después del expresionista ‘Wozzeck’ de Alban Berg. Fue presentada en plena década de esplendor de compositores de origen germánico como Richard Strauss, Schoenberg, Krének, Korngold o Weill; en el apogeo de Janácek y Szymanovski, y con Stravinsky asombrando al mundo. Una ópera plenamente romántica en la convulsa década de los años veinte. Una rareza que pronto encandiló al público.

Además, ‘Turandot’ posee el encanto que siempre otorga el hecho de ser una obra truncada por la muerte de su autor en 1924, dejando tan solo treinta y seis páginas con esbozos sobre el final de la ópera. Puccini, consciente de que su final estaba próximo pues le había sido diagnosticado cáncer de garganta, expresó públicamente su deseo de que Riccardo Zandonai fuese el encargado de terminar la ópera, si bien finalmente la responsabilidad recayó sobre Franco Alfano, famoso por su ‘Cyrano de Bergerac’.

La leyenda de la princesa china Turandot se remonta a un poema llamado ‘Las siete bellezas’o ‘Las siete princesas’, siendo su autor Nezami Ganjavi, uno de los grandes poetas épicos de la literatura persa del siglo XII. La historia ganó su fama, extendiéndose rápidamente hasta ser incluso citada en ‘Las mil y una noches’. En el siglo XVIII Carlo Gozzi, y en los albores del XIX Friedrich Schiller contriibuyeron a seguir perpetuando el mito.

En 1920 Puccini comenzó a trabajar en la ópera, en colaboración con los libretistas Giuseppe Adami y Renato Simoni, sobre la traducción al italiano del texto de Schiller, que en algunos momentos necesitó de hasta cuatro revisiones para conseguir un libreto que satisficiese al compositor. Su estreno en Milán en 1926 estuvo cargado de emoción. Arturo Toscanini, director de aquella función, dejó a batuta después de la muerte del personaje de Liù, y dirigiéndose al público dijo “Aquí se acaba la ópera, aquí murió el maestro”. En homenaje a Puccini no se interpretó el final compuesto por Alfano, que sí se representó la siguiente noche, quedando hasta la actualidad como la conclusión más aceptada, a pesar de que ha habido otras propuestas, como la del compositor Luciano Berio en 2002.

En Oviedo escucharemos la versión ‘clásica’, la de Puccini y Alfano, con un reparto principal que a última hora ha sufrido un cambio: el tenor Francesco Hong, que originariamente iba a cantar el papel protagónico de Calaf ha suspendido su participación por problemas de salud, siendo sustituido por el estadounidense Stuart Neill. Neill debuta en el Campoamor, si bien en su currículo destacan sus presentaciones en el Metropolitan neoyorquino en la Staatsoper de Viena, el Covent Garden londinense o el Teatro Colón de Buenos Aires.

A su lado, en el papel de Turandot, encontramos a Elisabete Matos, una figura mucho más familiar para el público asturiano, ya que es una constante del teatro, bien sea en zarzuela o en ópera. Además son constantes sus apariciones en Italia, Francia, Alemania o Estados Unidos. Su versatilidad vocal le permite afrontar compositores tan dispares como Puccini, Falla, Verdi, Bretón, Janacek, Bellini o Wagner, y de hecho la vimos en Oviedo por última vez en 2011 en un recordado Tristan e Isolda.

Para la puesta en escena se ha confiado de nuevo en la asturiana Susana Gómez, que el año pasado sorprendió por la sobriedad y eficacia de su versión ‘semiescenificada’ de Norma, y que en esta ocasión presenta una producción totalmente nueva.




FICHA

Turandot
Música de Giacomo Puccini
Libreto de Giuseppe Adami y Renato Simoni
Dramma lirico en tres actos y cinco cuadros
Estrenado en el Teatro alla Scala de Milán, el 25 de abril de 1926. Versión completada por Franco Alfano, Teatro alla Scala de Milán, 26 de abril de 1926.
Producción de la Ópera de Oviedo.

Personajes e intérpretes:
La Princesa Turandot: Elisabete Matos / Maribel Ortega (23/11/2012)
El Emperador Altoum: Emilio Sánchez
Timur: Kurt Rydl / Dario Russo (23/11/2012)
Calaf: Stuart Neill / Marc Heller (23/11/2012)
Liù: Eri Nakamura / Beatriz Díaz (23/11/2012)
Ping: Manel Esteve
Pang: Vicenç Esteve
Pong: Mikeldi Atxalandabaso
Un mandarín: José Manuel Díaz
El Príncipe de Persia: Jorge Rodríguez-Norton

Dirección musical: Gianluca Marcianò
Dirección de escena: Susana Gómez
Diseño de escenografía: Antonio López
Diseño de iluminación: Alfonso Malanda
Vestuario: Teatr Wielki de Poznań
Coreografía: Ferran Carvajal

Orquesta Oviedo Filarmonía
Coro de la Ópera de Oviedo
Funciones primer reparto: 15, 18, 21, 23 (fuera de abono) y 24 de noviembre. Teatro Campoamor.

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