12/12/2009
Casi sin solución de continuidad, tras el ‘Don Giovanni’, la Ópera de Oviedo da un salto de 150 años hacia atrás y vuelve su vista al barroco más puro de la mano de ‘Ariodante’ de Haendel, ópera inédita en el Teatro Campoamor y que supone toda una apuesta que, si bien no es del todo arriesgada (‘Alcina’, del mismo autor, ya obtuvo un considerable éxito en 2005), sí puede resultar toda una novedad. De la mano del Maestro Andrea Marcon y el trío de solistas Royo- Cangemi- Cooper, la OSPA vuelve al foso en su segunda aparición en la temporada para llevar al público ovetense la historia de la Escocia medieval en cuatro funciones que, tras el estreno del próximo lunes 14, se prolongarán durante los días 16, 18 y 20 de diciembre.
La producción dramática de su autor, Georg Friedrich Haendel, es inmensa. Entre las más de cuarenta óperas que Haendel compuso, destacan: ‘Rinaldo’ (1711), ‘Giulio Cesare’ (1724), ‘Rodelinda’ (1725), ‘Partenope’(1730), ‘Ariodante’ (1735), ‘Alcina’ (1735), ‘Berenice’ (1737), ‘Serse’ (1738), y ‘Deidamia’ (1741). Compuso 30 oratorios, entre ellos ‘Saúl’, ‘Israel en Egipto’ (1739), ‘El Mesías’ (1742) y ‘Jephté’(1752). Además compuso cantatas, obras para órgano y clave, conciertos y concerti grossi, sonatas, música de cámara y obras orquestales: ‘Música de las aguas’ (1717) y ‘Música para los reales fuegos artificiales’ (1749).
Tras su estancia en Italia durante los años
El argumento, inspirado en el poema de Ariosto ‘Orlando furioso’ (1516), es una adaptación del que Antonio Salvi escribió originalmente para la ópera ‘Ginevra, principessa di Scozia’ de Giacomo Antonio Perti (Pratolino, 1708). Aquel libreto contenía dos elementos gratos a Haendel: el desarrollo de la acción en una Escocía legendaria y las relaciones paterno- filialiales, siempre exaltadas por Haendel de forma admirable.
En su argumento, la acción se sitúa en Escocia, en tiempos de Carlomagno (finales del siglo VIII y principios del siglo IX). Ginevra, hija del Rey de Escocia, es prometida en matrimonio a Ariodante. Polinesso, un celoso rival de Ariodante, se gana la simpatía de Dalinda, amiga de Ginevra. Con la ayuda de Dalinda, Polinesso engaña a Ariodante y le hace creer que Ginevra es su amante. El Rey, al oír la supuesta infidelidad de Ginevra la repudia mientras llegan noticias de que Ariodante se ha suicidado. Polinesso envía entonces a sus agentes a matar a Dalinda, la única que puede desvelar la trama. Pero Ariodante, que encuentra a Dalinda mientras vaga por los bosques, derrota a los asesinos y le salva la vida a la amiga de Ginevra. Polinesso, buscando ganar el favor del Monarca, se ofrece para defender el honor de Ginevra en un torneo. En el combate, cae mortalmente herido por el vengativo hermano de Ariodante, Lurcanio. Ariodante, a quien Dalinda ha contado lo realmente ocurrido aparece en ese momento y se ofrece como campeón de Ginevra. Con sus últimos alientos Polinesso confiesa sus culpas y Ginevra es perdonada por el Rey.
‘Ariodante’ es una de las obras maestras de Haendel. La ópera combina elementos del ‘dramma per musica’ a la napolitana, de la ópera seria y también de la tragedia francesa con sus páginas de ballet. La instalación de Haendel en el Covent Garden coincidió con la contratación de la bailarina Marie Sallé. Este hecho y la admiración que el compositor sintió por la bailarina hizo que tanto en ‘Ariodante’ como en ‘Alcina’, éste dispusiera una inusual cantidad de partes danzadas para lucimiento de la Sallé.
La escritura vocal de esta ópera es muy virtuosística, los cantantes deben afrontar partes llenas de bellísimos y dificilísimos ornamentos. La instrumentación de la ópera se ajusta al sentimiento de los personajes y a la atmósfera en que se desarrolla la acción. En esta ópera el coro interviene al final de la obra y su aparición en escena sirve para rematar la apoteosis final de la ópera. Al igual que lo sucedido en muchas óperas barrocas, en ‘Ariodante’ hay dos roles masculinos, el titular y el de Polineso, que deben ser abordados por contratenores o mujeres con voz grave. En el caso de Oviedo serán dos mezzosopranos las encargadas de travestirse en hombres.
‘Ariodante’ tras permanecer en el olvido más de doscientos años, renace con fuerza a mediados del pasado siglo XX, dentro del movimiento de recuperación de la ópera barroca en los teatros de todo el mundo. En este movimiento se enmarca la carrera del director italiano Andrea Marcon, quien se pone al frente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias para abordar el siempre complicado repertorio de estas épocas, aún por descubrir para un público mayoritario. En el escenario, las voces del barítono español Joan Martin Royo, la mezzo Alice Coote y la soprano argentina Veronica Cangemi aportan una amplia experiencia en el repertorio barroco, con un amplio bagaje de representaciones de títulos de compositores como Haendel, Vivaldi o Gluck
Además de las representaciones habituales en el Teatro Campoamor, el próximo viernes 18 se podrá ver la ópera de manera gratuita y en pantalla grande a través de la retransmisión en directo que tendrá lugar en la sala principal del Auditorio Príncipe Felipe (para la cual es necesario retirar invitaciones). Por último, y para completar la visión previa a las funciones de ‘Ariodante’, mañana, en la Sala de Cámara del propio Auditorio, se ofrecerá una conferencia previa a cargo de la Doctora María Sanhuesa Fonseca, profesora de Musicología de la Universidad de Oviedo.
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