sábado, 15 de diciembre de 2012

El ascenso al poder de ‘Agrippina’ protagoniza el nuevo título de la Ópera de Oviedo.






Ambición, traición y lucha por el poder. Ingredientes que desde siempre han movido al mundo y que Haendel, como autor especialista en las bajas pasiones y el gusto del ser humano por dominar al prójimo, puso en escena tomando la historia de Agrippina en 1709. La Ópera deOviedo presenta desde el próximo domingo el título más ambicioso de la temporada, tanto por su estilo musical –hablamos de ópera barroca– como por su duración –alrededor de las cuatro horas– como por el desconocimiento de la composición para el gran público. También la puesta en escena, inspirada en las series de televisión de los años 80 ‘Dallas’ y ‘Dinastía’, será un elemento a tener en cuenta. Todo en cuatro funciones que desarrollarán en el Teatro Campoamor los días 16, 18, 20 y 22 de diciembre las luchas de Agrippina por el trono de emperatriz de Roma.

Hace apenas dos años la Ópera de Oviedo alzaba el telón de su LXIII temporada con ‘La Coronación de Popea’ de Monteverdi. Un éxito que confirmó el gusto del público asturiano por la ópera barroca y que ya presentaba a algunos de los personajes que Haendel recuperó para ‘Agrippina’ en una suerte de ampliación de la historia. Si en el título monteverdiano se nos presentaba la  historia de Nerón y Popea, y Agrippina era apenas un personaje accesorio, en la ópera que se estrena mañana ésta pasa a ser la protagonista absoluta.

Haendel se centra en la lucha de Agrippina, casada con Claudio en segundas nupcias, por la sucesión en el trono de su hijo Nerón. En pos de esta meta asistiremos a un despliegue de medios que persiguen como único fin el ascenso al poder: difamación, engaño, traición… Todo es válido para ir apartando a los débiles de la política e imponer la voluntad de la protagonista.

Basándose en hechos y personajes citados ampliamente en las crónicas de los escultores Tácito y Suetonio, Vicenzo Grimani –diplomático erudito que era embajador del Imperio austriaco ante la Santa Sede, virrey de Nápoles y empresario teatral– escribió un sangriento libreto que poseía una de las mejores historias a las que Haendel puso música. La composición de ‘Agrippina’ vino motivada por un viaje de tres años del compositor a Italia. Su estreno, el 26 de diciembre de 1709, la convirtió en un éxito inmediato, alcanzando la insólita cifra para la época de 27 representaciones consecutivas. Para el experto en barroco Cristopher Hogwood “es la primera demostración de su genio que logró un éxito total; es un resumen, más que la cima, de sus composiciones en Italia”.

El compositor contaba con tan sólo 24 años de edad cuando le llegó el considerado primer gran triunfo de su carrera con esta ópera. Sin embargo, la música que integra ‘Agrippina’ no es completamente original. Muchos números proceden de composiciones anteriores, e incluso toma ‘prestadas’ algunas músicas de otros autores, como el teórico Johann Mathesson o Reinhard Keiser, director de la Ópera de Hamburgo cuando Haendel tocaba en su orquesta. A pesar de esto, su concepción global de este mastodóntico drama, que jamás le hace perder interés, y su fuerte sentido teatral, hacen de la ópera algo único.

Para comprender la idiosincrasia de este título es necesario retrotraerse a comienzos del siglo XVIII, para sumergirse en una época que carecía de los tabúes sexuales que años después harían impensable una creación de este tipo. También la ciudad de estreno, Venecia, propiciaba la representación de historias que no tardarían de ser tachadas de inmorales frente a la castidad y pureza de los héroes protagonistas de la llamada ‘ópera seria’. La protagonista llega a consumar el incesto con su hijo en su carrera hacia el trono, para más tarde morir por orden de éste. Nerón, como es habitual, es presentado como un tirano sin escrúpulos para completar el fresco de unos dirigentes carentes de moral. No ocurre lo mismo con el resto de personajes: Popea aparece aquí como una cortesana con aspiraciones, ofrecida como juguete sexual al Emperador por su marido Otón.

La trama de la ópera tenía gran actualidad en la Italia del momento ya que en ella se trataban las razones subjetivas del ansia y la sucesión en el poder y enlazaba con los acontecimientos europeos de la época: la Guerra de Sucesión Española. Vincenzo Grimani apoyaba la facción de los Habsburgo mientras que el Papa Clemente XI estaba al lado de Francia y España. La rivalidad que tiene lugar en la ópera entre Nerón y Otón se asemejaba a la lucha que existía en aquel tiempo entre las Casas de Habsburgo y Borbón, que aspiraban al trono español, en tanto que Popea simbolizaba la Corona Española deseada por las dinastías de Francia y Austria.

Con estos mimbres la directora de escena Mariame Clément imagina una ‘Agrippina’ deudora de las ‘soap-operas’ americanas, los culebrones donde las luchas de poder entre familias eran el argumento principal para desarrollar una interminable lista de capítulos. ‘Dallas’ y ‘Dinastía’ son tomadas como punto de partida para esta propuesta que sitúa a los personajes en la América de los años ochenta.

Con una batuta experta en este tipo de repertorios como Benjamin Bayl, al frente de una OSPA reforzada en el continuo por los hermanos Zapico (Forma Antiqva), el reparto estará encabezado por Pietro Spagnoli como Claudio y Anna Bonitatibus como Agrippina. Al barítono italiano es habitual verle en Oviedo en roles rossinianos (‘El barbero deSevilla’, ‘La italiana en Argel’), donde se siente más cómodo y donde ha cosechado sus mayores reconocimientos. Sin embargo, la relación entre el canto de Rossini y la música barroca es tan estrecha que incluso Bonitatibus ofreció hace poco más de una semana un recital en el Auditorio Príncipe Felipe con obras de Rossini, previo a su actuación en el Campoamor. Serena Malfi en el papel masculino de Nerón completa el trío protagonista de este cuarto título de la Temporada de Ópera de Oviedo.






FICHA

Agrippina
Música de Georg Friedrich Haendel
Libreto de Vincenzo Grimani.
Dramma per musica en tres actos, estrenado en el Teatro San Giovanni Crisostomo de Venecia en 1709..
Nueva producción de la Ópera de Oviedo y De Vlaamse Opera



PERSONAJES E INTÉRPRETES 
Claudio: Pietro Spagnoli

Agrippina: Anna Bonitatibus
Nerone: Serena Malfi
Poppea: Elena Tsallagova
Ottone: Xavier Sabata
Pallante: Joao Fernandes
Narciso: Flavio Ferri-Benedetti
Lesbo: Valeriano Lanchas
Giunone: Cristina Faus

Dirección musical: Benjamin Bayl
Dirección de escena: Mariame Clément
Diseño de escenografía y vestuario: Julia Hansen
Diseño de iluminación: Bernd Purkrabek
Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias


Funciones: 16 (18 horas), 18 (20 horas), 20 (20 horas) y 22 (20 horas) de diciembre. Teatro Campoamor de Oviedo

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