sábado, 13 de noviembre de 2010

Entrevista a Sor María Covadonga Querol de Bascarán






13/11/2010

“La cítara no ocupa el lugar que le corresponde en la cultura musical española”

Sor María Covadonga Querol de Bascarán es monja benedictina, residente en el Real Monasterio de San Pelayo de Oviedo. El próximo viernes será la protagonista del concierto dentro del Ciclo del Maestro de la Roza, con un recital de cítara. Pertenece a la comunidad más musical de la ciudad, ‘Las Pelayas’, custodias del canto gregoriano y expertas en este repertorio, que difunden con sus discos y cursos, y cada semana ofrecen en sus liturgias a los fieles. Nos recibe en el monasterio y en esta entrevista nos descubre el fascinante mundo de la cítara, un instrumento tan antiguo como desconocido, además de reflexionar sobre la recuperación del Canto Gregoriano y el papel de la música sacra.

La cítara ha estado siempre ligada al mundo religioso judeocristiano

Es cierto, ya el pueblo de Israel lo utilizaba para acompañar salmos, y la Biblia lo cita. Incluso existe un salmo que dice “sobre arpegios de cítara”, lo que implica que ya por aquel tiempo la cítara podía realizar arpegios de acompañamiento, y no sólo melodías cromáticas.

¿Cómo ha sido su evolución?

Estas cítaras que tenemos ahora están fabricadas en Francia, en la abadía benedictina de En Calcat. La que yo toco es de las mayores, porque las más pequeñas tienen un número limitado de acordes –tres mayores y tres menores- que limitan a tocar sólo en un modo. La que se encuentra en nuestro monasterio abarca todos los acordes –además de poseer su correspondiente sección cromática para las melodías- lo que implica que no existen limitaciones a la hora de acompañar un canto en una tesitura adecuada a la voz.

En su programa abunda el repertorio francés. ¿Es el más común dentro de las obras para cítara?

Sí, porque en Francia hace 30 años se creó una asociación de amigos de la cítara. Organizaron cursos y siguen editando revistas que incluyen partituras creadas ‘ex profeso’ para el instrumento. A este movimiento se han unido cada vez más compositores, y la mayor parte del catálogo que podemos encontrar para el instrumento es música sacra.

¿Podemos hablar de un mundo español de la cítara?

Existen cursos, cada vez más, y muchos profesores franceses vienen aquí. Hay cítaras en España, pero no las que se deberían de corresponder con una cultura musical tan amplia como la nuestra. Todavía es poco conocida.

La obra de Oberson ‘Chémin du Serenité’ tiene especial importancia, ya que da nombre al recital

Todo partió de la idea del Padre Muñiz, director de la Escolanía de San Salvador, de dedicar el ciclo de este año al Camino de Santiago. Y yo, aporté de mi repertorio este ‘Chemin du Serenité’, compuesta sobre la experiencia del Camino.

Por otro lado, ustedes tienen un gran prestigio como conservadoras del Canto Gregoriano

Procuramos mantenerlo dentro de unos límites, porque también cantamos en castellano para permitir que la gente participe. Sin embargo, sería un drama que el Canto Gregoriano desapareciese, como joya que es. Transmite muchísimo con su fuerza, y con el bagaje de los siglos y de toda la gente que lo ha cantado. Además, las melodías, siempre adaptadas al texto, ayudan a crear el ambiente propicio para cada celebración.

En ese aspecto, ustedes se distinguen por su rigor a la hora de interpretarlo

Tratamos de hacer las cosas bien en la liturgia, es una de las normas fundamentales de la Regla Benedictina. Nuestro oficio fundamental es la alabanza, y San Benito siempre decía que el Oficio Divino debe ser lo primero, aunque oramos y trabajamos, porque una vida entera dedicada a la oración es imposible, económica y mentalmente. Para nuestras interpretaciones nos basamos en los postulados y estudios del Canto Gregoriano de la Abadía de Solesmes, benedictinos como nosotros.

¿Cuál es su valoración de la música sacra actual?

El Concilio Vaticano II, ante el deterioro y pérdida del Gregoriano trató de impulsar un nuevo repertorio en las lenguas vernáculas de cada región. El problema es que se compuso mucho en muy poco tiempo, y la calidad muchas veces es ínfima. Desde hace años se está intentando recoger lo mejor en cantorales para la liturgia, y promover composiciones de calidad.

Pero no se refleja en una iglesia de barrio…

Depende del gusto de quien elige en cada lugar los cantos, y, sobre todo, de la disponibilidad de instrumentos, voces, etc. Existen cantos de ‘charanga’ para los jóvenes, pero esa no es la verdadera música sacra. El problema es que no existe formación musical, y es muy difícil llevar a la práctica todas estas cosas.


N. del A.: Esta mujer es un tesoro, un pozo de sabiduría. Sólo hay que sentarse y aprender, que es lo que hice durante esta charla con ella.


http://www.maestrodelaroza.es/wp/?p=150#more-150

(Foto: Iván Martínez)

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