sábado, 13 de diciembre de 2008

Fígaro vuelve al Campoamor




13/12/2008

Tras 10 años de ausencia del barbero Fígaro, el humor de Rossini vuelve a Oviedo con la ópera buffa por antonomasia. ‘El barbero de Sevilla’ promete calidad musical y diversión a partes iguales: cantantes contrastados, orquesta consagrada y director experto en el repertorio darán vida a la historia de ‘La inútil precaución’, todo ello con una escenografía que se vislumbra, cuanto menos, rompedora. Desde el estreno del próximo martes 16, las funciones se prolongarán los días 18, 20 y 22, con una novedad: el viernes 19 será el turno de un segundo reparto, formado por cantantes jóvenes debutantes en el teatro, que añade un nuevo valor a la producción que han realizado conjuntamente los teatros de Oviedo y Berna.

Foto: Ópera de Oviedo

El 20 de febrero de 1816 se estrenaba en el Teatro Argentina de Roma ’El barbero de Sevilla’ ante una audiencia hostil que tuvo intención de boicotearla desde los primeros acordes de la obertura. Desde el gallinero se levantaban voces, bufonadas, y chistes acerca del libreto de Cesare Sterbini. Además, silbidos, y en ocasiones algunos gemidos y ladridos, interrumpieron algunos de los números. El compositor dirigía la orquesta desde el teclado, tal y como era costumbre en las noches de estreno, y parecía imperturbable ante el alboroto, hasta el punto de levantarse a aplaudir a los cantantes al final de la obra.

El público de Roma interpretaba esta ópera como un acto de impertinencia, ya que la ópera de Paisiello, basada en el mismo argumento y estrenada en 1782, era considerada por los romanos aún entonces con especial reverencia. La obra de Rossini parecía querer provocar una confrontación entre lo viejo y lo nuevo en el marco de la ópera buffa. Evidentemente Sterbini y Rossini se cuidaron mucho en evitar cualquier similitud entre las dos óperas, e incluso las primeras representaciones de la obra de Rossini se hicieron bajo un título distino: ‘Almaviva, ossia l’ínutile precauzione’.

Por todo esto, el estreno de ’El barbero de Sevilla’ supuso uno de los mayores escándalos teatrales de la historia de la ópera. La leyenda habla de un contundente Basilio que dio un traspié y acabó con la nariz ensangrentada, y hasta de un gato negro que al parecer se subió al escenario. Lo que sucedió en realidad no se puede reconstruir con seguridad. Lo único cierto es que la ópera de Rossini tuvo un gran rechazo, a pesar de contar con cantantes de elevada categoría: Geltrude Righetti-Giorgi dio vida a Rosina, y el primer Almaviva fue el legendario tenor español Manuel García, también afamado como profesor de canto y composición.

Pese a estas vicisitudes el público no tardó en reconocer la calidad de la obra. ‘El barbero de Sevilla’ se convirtió en muy poco tiempo en una de las piezas preferidas en los escenarios de todo el mundo, y aún en la actualidad está considerada como la esencia de la ópera buffa. Ya Beethoven sentenció que “El barbero de Sevilla se seguirá representando mientras exista un teatro de ópera”.

El texto del ‘Barbero’ se basa en la obra de teatro homónima de Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais (1732-1799), y es la primera de una trilogía sobre el personaje de Fígaro, que también halló fortuna en su segunda parte, a través de la ópera de Mozart ‘Las bodas de Fígaro’. La obra que completaría el tríptico teatral, ‘La madre culpable’ es hoy la más desconocida para el público

La inaudita popularidad de la obra se debió en parte a los exquisitos cantables del acto I, todos los cuales se han convertido en éxitos operísticos. A partir de la comedia de Beaumarchais, llena de alusiones políticas y sociales que en la versión musical fueron eliminadas, Rossini y Sterbini presentan situaciones y personajes concretos llenos de humor y energía. La electrizante salida a escena de Fígaro (“largo al factotum della città”) o la cavatina de Rosina (“una voce poco fa”) seducen tanto por su centelleante vitalidad como por el virtuosismo que exige a los intérpretes. Además nos encontramos con la inequívoca sensibilidad de Rossini para el humorismo musical. Un ejemplo clásico del refinamiento y el ingenio de los efectos orquestales de Rossini es el ‘Aria de la calumnia’ de Basilio, donde Rossini sigue fielmente al texto para describir el efecto de un bulo extendiéndose de un simple susurro hasta ser ‘vox populi’.

Además, esta ópera es una prueba del dominio orquestal de Rossini, caso único en toda la ópera italiana del siglo XIX. El musicólogo Luigi Rognoni comenta de ella: “Aunque aprovechó algunos modelos presentes en Las bodas de Figaro, Rossini los aplicó a la nueva realidad social del hombre surgido de la Revolución Francesa. El espíritu de la burguesía aparece vívidamente retratado en El barbero de Sevilla. Los personajes de Beaumarchais adquieren un nuevo ritmo, una psicología todavía más terrena y realista: son el espejo de la cotidianidad”.

‘El barbero de Sevilla’ subirá por decimosexta vez a las tablas del Teatro Campoamor en una nueva producción del Stadt Theater Bern y la Ópera de Oviedo, dirigida escénicamente por la directora franco-iraní Mariame Clement. Promete ser rompedora, actual e incluso no exenta de polémica, ya que traslada la acción a una consulta de dentista, que se supone del ‘doctor’ Bartolo. Esta propuesta escénica trata, ante todo, de potenciar los aspectos humorísticos del texto de Sterbini y conectar con un público joven.

Al frente del reparto masculino encontramos a dos auténticos expertos en Rossini: el granadino José Manuel Zapata en el papel del Conde de Almaviva (‘tenor revelación’ en los Premios Líricos del Campoamor en 2006), y el italiano Pietro Spagnoli, uno de los ‘Fígaros’ más demandados y valorados del panorama internacional. La parte femenina queda bien cubierta con la Rosina interpretada por la mezzosoprano valenciana Silvia Tro Santafé, otra voz acostumbrada a las exigencias del compositor de Pésaro.

La OSPA vuelve al foso del Teatro Campoamor, bajo la batuta del valenciano Álvaro Albiach, experto en repertorio rossiniano, y que ya actuó en el Campoamor al frente de la dirección musical de ‘Il viaggio a Reims’ en 2006. La principal novedad de este cuarto título de la temporada es la introducción de una quinta función el próximo viernes con un reparto joven, que trata de presentar nuevas voces al público ovetense, con las localidades a precios reducidos.


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