sábado, 13 de febrero de 2010

‘Los Sobrinos del Capitán Grant’, humor y aventura para abrir la Temporada Lírica




13/02/2010

La cuestión de los géneros siempre es espinosa, y más si atendemos a la producción que abre el martes el XVII Festival de Teatro Lírico Español en el Teatro Campoamor. ‘Los Sobrinos del Capitán Grant’, de Manuel Fernández Caballero, es una obra en lo musical menor del autor de ‘El Dúo de la Africana’ y ‘Gigantes y Cabezudos’. Enmarcada en el género bufo, representa una concepción del teatro como pura diversión, un arte fácil y banal de mero espectáculo, por lo que la temática histórica, fundamental en la zarzuela grande, no tiene lugar a no ser en forma de burla o de sátira. Desde la fecha de su estreno se convirtió en uno de los grandes clásicos del repertorio zarzuelístico español, con miles de representaciones, pasando a ser una obra imprescindible para ver en familia en las Navidades.

La mayoría de los libretos de este género -y el original firmado para esta obra por Miguel Ramos Carrión no es una excepción- resultan un cúmulo de situaciones disparatadas e inconexas, el desarrollo dramático se estructura de manera incoherente y son absolutamente ajenos a las ideas e inquietudes propias del romanticismo de la segunda mitad del siglo XIX. Sin embargo, con la revisión del texto hecha por Paco Mir -integrante de Tricicle- ha conseguido desde el año 2001 los mayores elogios.

La prioridad del actor sobre el cantante tiene como consecuencia una menor exigencia en el canto, y la práctica ausencia de virtuosismo vocal es patente. Sin embargo, ciertos números como el coro de fumadoras o el dúo de Ketty y Soledad permanecen en el acervo popular. El peso recae por completo en los protagonistas, encabezados por el ex Martes y 13 Millán Salcedo, que recupera con su papel de Mochila la tradición de los actores cantantes. Le acompañan la totalidad del reparto original que ha representado esta nueva versión en el Teatro de la Zarzuela de Madrid: Mar Abascal, Aurora Fías, Richard Collins- Moore, Xavier Mira y Fernando Conde (curiosamente, miembro fundador de Martes y 13). La batuta en el foso correrá a cargo del Maestro Luis Remartínez, de amplia experiencia en el repertorio lírico español.

‘Los sobrinos del Capitán Grant’, denominada por su autor “novela cómico-lírico-dramática” está basada en la novela de Julio VerneLos hijos del Capitán Grant’ para crear una “historia muy original que parece cuento pero que es verdad”, como dice el personaje de Don Marcial Mochila en el primer acto. Fue estrenada en el teatro del Príncipe Alfonso de Madrid el 25 de agosto de 1877.

Lo grandioso de la obra de Verne se convierte en casero con Ramos Carrión y es significativo que el escenario original de la novela, situado en Glasgow, se convierta en el madrileño patio de una casa de vecindad y el fiero tiburón que guarda en sus entrañas la botella con el secreto del tesoro pase a ser un más doméstico y apetitoso besugo.

La obra se caracteriza por la presencia de elementos y ritmos populares de la Europa de la época: mazurcas, valses, marchas, barcarolas y polkas, contrastando con la intención anterior de nuestros más destacados autores líricos de utilizar recursos peculiares del folklore español, para convertir la zarzuela en el teatro lírico propio o en la ópera nacional. Todo esto supone sólo un paréntesis en dicha pretensión, resultado de importar la moda europea, tras el cual reaparecerán con el género chico los elementos del folklore español como base fundamental de las obras. Destaca la abundancia de coros, que llenan siempre la escena. De los 16 números cantados, el coro está presente en todos menos en tres.

La variedad de la música hace que en muchos momentos ‘Los sobrinos del Capitán Grant’ se codee con la opereta, y la versatilidad de Fernández Caballero se puede ver en la sabia utilización de aires exóticos para crear momentos de color, como el baile de la zamacueca o el coro de maoríes.

Curiosamente, es en la zamacueca donde Fernández Caballero introduce un instrumento por aquel entonces casi desconocido para la época: el güiro (rascador de América del Sur), que no volverá a aparecer en el teatro lírico español hasta comienzos del siglo XX con ‘El Bateo’ de Chueca (1901), y que no volvemos a encontrar en la música instrumental occidental hastaLa Consagración de la Primavera’ de Stravinsky (1911-1913).

Por lo complejo del argumento y los numerosos cambios de escena, Fernández Caballero utilizó enLos sobrinos del Capitán Grant’, múltiples números orquestales para favorecer los cambios de decorado. También la música instrumental es empleada para ilustrar musicalmente la acción y crear la atmósfera adecuada al sin fin de difíciles y complicadas situaciones, llenas de sorpresas y portentosa fantasía, a las que se ven expuestos los protagonistas: terremoto, vuelo y muerte del cóndor, tempestad, descarrilamiento del tren de las doce, vals del fondo del mar, escena del volcán…

Estos renovados ‘Sobrinos’ constituyen una gran producción pletórica de humor blanco, con guiños híbridos entre Martes y 13, Els Joglars, Comediants y Tricicle, que, según Paco Mir, ha convertido la obra en "una especie de novela de Tintín, por lo que la escenografía también sigue su estética, como si se tratase de un gran cómic muy colorista, donde se han potenciado los contrastes de la obra".

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