05/03/2011
“Debemos tener el mismo nivel de exigencia que con la ópera”
Cristóbal Soler, nuevo Director Musical del Teatro de la Zarzuela de Madrid, abrirá la el XVIII Festival Lírico al frente de la nueva versión de ‘Luisa Fernanda’ que Luis Olmos estrena en Oviedo. Como embajador de este repertorio, prefiere la denominación de ‘género lírico español’ para este tipo de composiciones que, como la ‘Luisa’, diluyen las fronteras entre los compartimentos estanco en los que se suele encasillar el teatro musical. Ferviente defensor del patrimonio musical español, recuperador de títulos olvidados, y revisor de los más clásicos, se ha convertido en una figura clave dentro de los aires de renovación que soplan desde Madrid y empiezan a impregnar Oviedo.
¿Qué tiene ‘Luisa Fernanda’ para superar las 10.000 representaciones sin tener 80 años de vida?
Moreno Torroba, junto con otros autores como Amadeo Vives (‘Doña Francisquita’), intentó la restauración de la Zarzuela Grande en el siglo XX, volviendo a fijarse en autores como Barbieri, Arrieta, Gaztambide… El Género Chico había borrado esto. Pero se debería hablar más de restauración de la ópera española, de un género lírico nacional.
¿Cómo lo lleva a cabo Torroba?
Volviendo a los tres actos y combinando las romanzas, dúos o concertantes con los conceptos compositivos de la ópera y los elementos nacionales. No sólo lo castizo y madrileño, sino que en ella encontramos elementos folklóricos o tonadillas, además de encontrar aportes internacionales, como la mazurca. El autor consigue manejar estos elementos llevándolos a un altísimo nivel compositivo.
El éxito de ‘Luisa Fernanda’ traspasa nuestras fronteras
Hemos tenido la suerte en España de que uno de los grandes intérpretes de todos los tiempos, Plácido Domingo, haya sido un gran difusor del género. Plácido tomó esta obra bajo el brazo y la ha difundido por teatros de Tokio, Washington o Milán. Él puso su nombre, pero el éxito cosechado en todo el mundo se debe a la calidad de la composición.
¿Dónde situaría el lenguaje de Torroba?
Torroba se inscribe dentro de una corriente nacionalista cuyo principal exponente en España era Falla, pero que en toda Europa tuvo seguidores (Los Cinco en Rusia, Sibelius en Finlandia, Grieg en Noruega…) Estos compositores buscaban la creación de un lenguaje musical propio de su tierra, y para eso acudían a las fuentes autóctonas. No copiaban las canciones populares, los ritmos, o las armonías, sino que incorporaban esos procedimientos, su esencia, a su música como sello de identidad.
Escuchar un ritmo o una cadencia que remitan a España en un teatro sigue provocando rechazo en el público
Sin embargo no hay problema de escuchar las ‘Danzas húngaras’ de Brahms o las eslavas de Dvorák. El mismo Beethoven introduce elementos de este tipo en sus sinfonías.
¿Qué peso tienen los libretistas?
Estamos hablando de la gran pareja de libretistas del género (Romero y Fernández-Shaw) que escribieron obras maestras para muchos autores. Son el ejemplo perfecto de trabajo en equipo y complementación, porque, si nos fijamos en sus obras por separado, ya no tienen ese punto de genialidad.
¿Y la trama política del libreto?
La historia incluye elementos de la expulsión de Isabel II y la proclamación de la I República. Sin embargo, está todo tan diluido que no se puede saber de qué bando estaban los autores. Intentan trascender elementos como el amor, integrándolos en un momento clave de la historia de España.
¿Cómo es la versión que Luis Olmos estrena en Oviedo?
Olmos ha hecho un trabajo de revisión del libreto para marcar un ritmo más ligero. En ningún momento el público va a perder el hilo con los cortes. Se trata de actualizar el texto y hacerlo más veloz. Olmos juega mucho con la acción, que evita narraciones redundantes. Ha sabido mantener el hilo conductor de la zarzuela. Creo que, como espectáculo, ‘Luisa Fernanda’ va a ganar.
Olmos está considerado como uno de los grandes renovadores del género, al que ha tratado de dignificar y quitar esa ‘caspa’
El cambio ya se está notando. Como director artístico del Teatro de la Zarzuela de Madrid ha conseguido que se deje de vincular al género con algo rancio y obsoleto. Él ha apostado no sólo por la revisión de los libretos, sino por puestas en escena maravillosas y de mucha calidad, elencos de primer nivel para defender las exigencias vocales…
La zarzuela necesita de novedades y salir de los títulos de siempre
Estoy de acuerdo. La SGAE posee un archivo con 10.000 partituras de género lírico español. El repertorio que manejamos no supera los 100. Podemos y debemos ampliarlo dando a conocer obras maestras olvidadas. En el Teatro de la Zarzuela intentamos que cada año haya una recuperación histórica. El año pasado fueron ‘Los Diamantes de la Corona’ de Barbieri, un gran éxito que se escuchará aquí en junio. Y en este momento Madrid acoge un programa doble con los títulos ‘Gloria y Peluca’ (Barbieri) y ‘El estreno de un artista’ (Gaztambide), que hay muchas posibilidades de que se vean en Oviedo el año que viene. Son obras ejemplares del ‘bel canto’ con grandes exigencias vocales y libretos interesantísimos.
Usted acaba de ser nombrado director musical del Teatro de la Zarzuela de Madrid, ¿cuáles son sus objetivos?
La intención es partir de la tradición, del trabajo bien hecho, y seguir colocando a la lírica nacional en el lugar que se merece. Es un periodo de cambios que se nota a todos los niveles. Hace años era impensable que la Filarmónica de Berlín tocase en su concierto de Año Nuevo algún autor español, y ha ocurrido este año, donde se escuchó ‘Las Carceleras’, una romanza para soprano perteneciente a ‘Las Hijas del Zebedeo’ de Ruperto Chapí.
¿Cómo se logra una mayor difusión?
La labor es por diferentes frentes: se está recuperando repertorio, pero también hay una generación de directores jóvenes que están apostando por nuestra lírica. Pero no sólo se debe trabajar desde el Teatro: yo mismo tengo diferentes compromisos con orquestas españolas. Por ejemplo, vamos a recuperar el próximo Día de Navarra ‘El dominó azul’ de Arrieta, y en Valencia haré en versión de concierto una obra de Salvador Giner.
¿Cómo reacciona el público ante estas novedades de repertorio?
El público es lo más importante, y agradece que los intérpretes (cantantes, directores, instrumentistas) busquen la más alta calidad. Si cuando se ofrece ópera como género lírico internacional buscamos la máxima calidad en medios humanos y técnicos, debemos tener el mismo nivel de exigencia con nuestro género lírico. Porque es ahí donde podemos despertar entusiasmo, y estamos en ello.
Su compromiso con Oviedo es grande, dirigirá dos de los cuatro títulos de la temporada
Para mí el Campoamor es un referente nacional. Aquí se demuestra lo que antes comentaba: es un espacio con dos temporadas (ópera y género lírico español) en igualdad de condiciones. Ojalá otros teatros lo pudiesen tomar como ejemplo. En Barcelona fue un hito que el año pasado se hiciese ‘Doña Francisquita’ en el Liceo, en el Maestranza de Sevilla tienen un título al año... Lo que existe en Oviedo es la envidia de muchas ciudades.
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