Obertura trágica,
op. 81 (J. Brahms)
Cuando en 1879 Johannes Brahms fue nombrado
Doctor Honoris Causa por la Universidad de Breslau, rápidamente acometió la
composición de una obra como agradecimiento a la institución, que llevaría por
título Obertura para un Festival
Académico. Sin embargo, el cambiante temperamento del autor le llevó a la
necesidad de crear por oposición esta Obertura
trágica. “Una ríe, la otra llora” es la enigmática frase que dio por explicación
cuando fue preguntado por la inusual concepción de estas obras hermanas. Ambas
fueron estrenadas simultáneamente el 4 de enero de 1881 en la ciudad de
Breslau, con el propio Brahms a la batuta. Al menos, este fue el estreno «oficial»,
ya que algunas fuentes indican que la Obertura
trágica pudo haber tenido un pase previo unos días antes –el 26 de
diciembre de 1880– a cargo de la Filarmónica de Viena dirigida por Carl
Richter.
Formalmente nos encontramos con una obra en
tres secciones (rápida-lenta-rápida), con forma sonata y tonalidad de Re menor,
siempre tan asociada a la tragedia y la exaltación sentimental. Es una obra
ciertamente «brahmsiana», donde el compositor expone su temperamental carácter
en apenas catorce minutos de una manera muy críptica, sin concesiones al
espectador. Huraña y cambiante, imprevisible y esquiva, no busca agradar tanto
como epatar. ¿Y acaso no es este un resumen de la producción del maestro de
Hamburgo?
Concierto para piano y orquesta nº 2 en Si Bemol Mayor, op. 83 (J.
Brahms)
La dificultad técnica de este
segundo concierto para piano de Brahms emparenta esta obra con la concepción
formal que del género tenía Franz Liszt, añadiendo un cuarto movimiento al
tradicional esquema de tres, y sugiriendo una amplitud orquestal mayor de la
acostumbrada. El autor no busca el virtuosismo basado en escalas o pasajes
especialmente brillantes, sino que centra los esfuerzos del solista en la
búsqueda de un color orquestal que aporta una nueva visión, mucho más enfocada
a la belleza de la línea melódica y la polifonía.
Sólo el primer movimiento es el que
podemos considerar más clásico, a la manera concertante de Mozart o Beethoven.
Sin embargo, en cuanto lo dejamos atrás las cosas cambian: el piano parece
convertirse en un instrumento más de la orquesta en el segundo movimiento
(reforzando la extendida idea de que los conciertos para piano de Brahms son en
realidad «sinfonías disfrazadas»), y cede su protagonismo al violoncello en el
tercero. El cuarto, un rondó, nos presenta de nuevo al instrumento solista como
una pieza más del ensamblaje orquestal en la búsqueda de un sonido sinfónico
completo y denso.
Sinfonía nº 3 op. 56 en La menor “Escocesa” (F. Mendelssohn)
Los trece años que separan el viaje
de Felix Mendelssohn a Gran Bretaña (1829) y el estreno de su sinfonía
«Escocesa» (1942) no fueron óbice para que los vívidos recuerdos atesorados por
el compositor durante su visita a la capilla del Palacio de Holyrood House se
mantuviesen en su memoria: “La capilla cercana a ella carece ahora de techo;
hiedra y pasto crecen allí y sin embargo fue ante ese altar destrozado, que
María fue coronada Reina de Escocia. A su alrededor todo está estropeado y
desmoronado mientras el brillante cielo lo ilumina. Creo que hoy he encontrado
en esa vieja capilla el comienzo de mi Sinfonía Escocesa” escribió a su familia
desde Edimburgo. Ese destello de luz entre ruinas y silencio es el que da
comienzo a la obra, una introducción lenta de la que brotará el allegro de
sonata.
Enemigo de las llamadas «músicas
nacionales» prácticamente nada nos remite a la tierra que da nombre a la
sinfonía, exceptuando ciertos ritmos del scherzo
en el segundo movimiento, que se aplacarán en el tercero a favor de una música
más «alemana», serena, noble y amplia. El cuarto movimiento devuelve el ritmo
danzante y ciertas insinuaciones de folklore escocés tamizadas por la neblina
del recuerdo de casi tres lustros, para cerrar la sinfonía recuperando el tema
de apertura, el recuerdo de Holyrood del que jamás podremos escapar.
Alejandro G. Villalibre
Por si te interesa, aqui tienes un programa que simula un piano virtual para reproducir archivos midi, es muy intructivo
ResponderEliminary está gráficamente muy bien diseñado (viene con su codigo fuente)
http://delphimagic.blogspot.com.es/2011/08/reproducir-archivo-midi-en-piano.html