4/02/2012
Recogiendo
el espíritu romántico y belcantista con el que terminó el pasado Festival de
Teatro Lírico, que para la ocasión apostó por recuperar ‘Los Diamantes de la Corona’ de Barbieri, la zarzuela vuelve a Oviedo con un programa doble que de
nuevo trata de devolver a los escenarios dos títulos prácticamente olvidados:
‘El estreno de un artista’, de Joaquín Gaztambide,
y ‘Gloria y peluca’ de Francisco Asenjo Barbieri. Sólo tres funciones –la
crisis obliga– que desde finales de mes darán comienzo a la temporada 2012, los
días 29 de febrero, 2 y 3 de marzo.
El estreno de un artista |
El montaje, firmado por Ignacio García, recientemente ha
sido galardonado en los Premios de la Asociación de Directores de Escena: Mejor
Escenografía (Juan Sanz y Miguel Ángel Coso) y mejor Iluminación (Francisco
Ariza). García apuesta por unir las dos zarzuelas –de una hora de duración cada
una– en un espectáculo completo, relacionándolas mediante un sutil cambio en el
libreto. De este modo, el malvado director Astucio, causante de los males de la
pobre principiante en ‘El estreno de un artista’, es degradado por sus malas
artes a maestro peluquero, convirtiéndose de ese modo en Marcelo, un frustrado
compositor obligado a trabajar en la peluquería de un teatro en ‘Gloria y
peluca’.
El
estreno de ambas zarzuelas, fechado a mediados del siglo XIX, le debe mucho a
la figura del actor-cantante Francisco Salas, que en 1850 estrenó el papel de
Marcelo escrito por Barbieri expresamente para él, y que haría lo propio dos
años más tarde con el Astucio de Gaztambide para ‘El estreno de un artista’.
Con una avezada visión para el negocio teatral, también a él se le debe la
constitución de la zarzuela grande, ya que fue uno de los impulsores del ‘Jugar
con Fuego’ con el que Barbieri inició la senda de las zarzuelas en tres actos
en 1851. La
influencia italianizante que llegó a toda la sociedad española junto con María
Cristina, esposa de Fernando VII, se deja ver en ambos títulos. Si bien de
Barbieri es conocido su gusto casi ‘rossiniano’ por la música italiana, que
aplica a muchos de sus títulos, y en el que siempre ha demostrado estar a la
altura de los grandes belcantistas cómicos, la figura de Joaquín Gaztambide
puede ser más desconocida para el gran público.
Gran
pionero del resurgir zarzuelístico que acompañó a la proliferación de
sociedades musicales en el siglo XIX, Gaztambide fue una figura clave en la
constitución de un género todavía pionero, y en la estabilización del estilo
italiano tan de gusto por el público mayoritario en la época. Con un estilo
heredero del Donizetti más puro, sus grandes títulos, como ‘El Juramento’ o ‘La
conquista de Madrid’ poco a poco vuelven a escucharse, situando a este autor en
el lugar merecido. Desde los tiempos de su composición, ‘El estreno de un
artista’ no había vuelto a ser representado. Volvió a los escenarios en la
presentación de la coproducción entre el Teatro de la Zarzuela de Madrid y el
Teatro Campoamor, en la capital española, hace justo un año, y en esta
temporada llega a Asturias. Mientras
que ‘El estreno de un artista’ se basa en una adaptación versificada que el poeta
Ventura de la Vega hizo de una ópera francesa de Eugène Scribe, ‘Concert à la
Cour, ou la débutante’, la historia de ‘Gloria y peluca’ es original, creada
por el poeta José de la Villa del Valle.
Gloria y peluca |
En palabras de José Miguel Pérez-Sierra,
director musical de este programa doble, “tanto Barbieri como Gaztambide
pretenden recuperar el género lírico genuinamente español de los siglos
anteriores, tamizando la tradición de toda la música italiana de ese momento.
Sobre todo ‘Gloria y peluca’ podría ser una ópera corta de Rossini". Esta
política de recuperaciones de títulos que den mayor variedad al anquilosado
repertorio lírico español no sería posible sin las labores de estudio,
investigación y edición crítica de expertos musicólogos que permiten devolver a
la circulación a partituras olvidadas, perdidas o en mal estado. En el caso de
‘El estreno de un artista’ la edición crítica ha corrido a cargo del Catedrático
de Musicología de la Universidad de Oviedo Ramón Sobrino, mientras que la
edición de ‘Gloria y peluca’ la firma Enrique Mejías García.
La
unidad dramática que presenta el espectáculo, ideada por Ignacio García se basa
en la coincidencia temática: “leyendo el argumento de ambas me pareció que las
dos hablaban del mismo tema”, asegura García. “Denuncian ciertos vicios que
siguen pendientes todavía, como esa manía que tenemos en España de pensar que
la música italiana o la francesa es mejor que la nuestra”. En
la primera zarzuela nos encontramos en la corte con una orquesta situada en
vertical “a la manera de la Rúe del Percebe”, como asegura su escenógrafo,
donde se desarrolla la intriga de la joven debutante a la que se le impide
triunfar. Para ‘Gloria y peluca’ nos trasladamos a un teatro de ópera, aunque
visto desde atrás, a las entrañas de su sala de peluquería donde el malvado
director musical de ‘El estreno de un artista’, Astucio, ha sido degradado a
maestro peluquero y lucha contra su ambición por triunfar para conseguir el
amor de la costurera María.
Como
arranque de temporada, entronca estilísticamente con el final de la anterior,
por lo que la Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo, que un año más ejercerá de
coro residente del Festival, se pondrá de nuevo a prueba en un espectáculo muy
exigente, no tanto en lo escénico como en lo vocal. Ambas zarzuelas, tanto para
solistas, como para coro y orquesta (que un año más será la Oviedo Filarmonía),
se encuentran llenas de intrincados malabares rítmicos y melódicos, presentando
grandes números concertantes donde hasta cinco líneas vocales diferentes se
suman al aparente caos que se produce por las historias de teatro dentro del
teatro. Una
magnífica oportunidad para conocer los entresijos del mundo lírico, que siglo y
medio después, no difieren un ápice de las atrocidades que –eso
sí, en forma de comedia– se presentan en ‘El estreno
de un artista’ de Gaztambide y ‘Gloria y peluca’ de Barbieri.
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