jueves, 1 de abril de 2010

Músicas de la Pasión

REVISTA SCB
Semana Santa León 2010


Desde siempre música y religión han ido de la mano, y el periodo más importante dentro del calendario Cristiano tenía que corroborar esta unión proporcionando algunas de las más grandes obras musicales de todos los tiempos. Nos proponemos aquí un breve repaso por algunas de las composiciones más emblemáticas que conmemoran
la Muerte y Resurrección de Cristo.
Tomás Luis de Victoria: Officium Hebdomanae Sanctae (Oficio de Semana Santa)
Qué mejor para comenzar nuestro repaso que el abulense Tomás Luis de Victoria (1548- 1611), considerado por muchos el mejor polifonista de su tiempo. Este Oficio se encuentra dentro de sus grandes obras maestras. Se trata de una extensísima partitura que contiene todos los textos para la liturgia de Semana Santa -desde el Domingo de Ramos al Sábado Santo- e incluye un total de treinta y siete piezas entre las que se encuentran algunas de las partituras más universales de la música polifónica española como los dieciocho Responsorios de Tinieblas y las nueve Lecciones de Lamentaciones del profeta Jeremías. El libro también contiene motetes, himnos, improperios, y dos pasiones de gran interés musical por el contraste entre las breves pinceladas polifónicas de Victoria y el intercalado recitado gregoriano de la Pasión. Escribe el musicólogo Gustave Reese que las pasiones de Victoria se interpretaron en la Capilla Sixtina durante más de 300 años y “han alcanzado una mayor distinción que ninguna otra de las versiones polifónicas de los textos latinos”.


Bach: Pasión según San Mateo y Pasión según San Juan
Johann Sebastian Bach (1685- 1750) es sin lugar a dudas el gran padre de la música occidental. Pese a su origen luterano, sus dos Pasiones basadas en textos de los evangelios de Mateo y Juan son, sin lugar a dudas, los dos pilares fundamentales de la música sacra pasional. En concreto, su Pasión Según San Mateo es la obra más extensa del compositor (dura entre dos horas y media y tres horas). La obra se divide en dos grandes partes (entre las cuales tenía lugar el sermón), y que se corresponden con los capítulos 26 y 27 del Evangelio de San Mateo, respectivamente. Según la tradición de las pasiones oratóricas, el texto bíblico se encuentra musicalizado de forma relativamente sencilla en recitativos, mientras que los ariosos y las arias, largas y contemplativas, presentan nuevos textos poéticos que comentan los diversos eventos de la narración bíblica y dan un carácter más íntimo a la vida de Cristo. Entre los recitativos, ariosos y arias se encuentran también corales intercalados, que permiten la participación activa de la congregación, que conocía las melodías y sus textos, y que igualmente comentan y llevan a la reflexión sobre las principales escenas de la Pasión.


Pergolesi: Stabat Mater


El Stabat Mater un poema latino en forma de secuencia compuesto por un fraile franciscano en el siglo XIII. En poco tiempo se convirtió en una de las plegarias devocionales más populares y llegó, por último, a ser admitida en el oficio de la Iglesia Católica, como la secuencia propia de la Virgen de los Dolores.
Durante muchos siglos el Stabat Mater ha venido siendo motivo inspirador para los compositores. El Stabat Mater de Pergolesi es uno de los más célebres por su originalidad y su gran belleza. Giovanni Battista Pergolesi, compositor italiano, vivió apenas veintiséis años (del 1710 al 1736). Cultivó con igual éxito el género profano y el religioso. Su ópera bufa La Serva Padrona es considerada como uno de los modelos más acabados del género. En cuanto al Stabat Mater, fue compuesto cuando Pergolesi se hallaba ya al borde del sepulcro y en lamentable estado de pobreza y abandono. Está escrito para soprano, contralto y coro, con acompañamiento de orquesta de cuerdas y clavecín


Haydn: Las Siete Palabras
Franz Joseph Haydn (1732-1809) fue uno de los tres grandes compositores del clasicismo vienés. En 1786 compuso la obra orquestal Las Siete últimas Palabras de Nuestro Salvador en la Cruz -o Las Siete Palabras- por encargo de un sacerdote mexicano que vivía en España. La finalidad de la música era ayudar a la meditación que realizaban los miembros de una comunidad religiosa, conocida como la Hermandad de la Santa Cueva, sobre las palabras que pronunció Cristo en la cruz. Las obra se hizo muy popular y fue publicada en Viena, París y Londres. Posteriormente, Haydn hizo otra versión para cuarteto de cuerdas, que llegó a ser más popular que la versión original para orquesta.
La religiosidad de Haydn fue a la vez causa y efecto de su propia música, al encontrar en ella, como muchos otros, el camino que desemboca en el arte. Lejos de la magnificencia de composiciones que evocan la ampulosidad de un credo que se impone a otros, en cuanto a manifestación artística se refiere, Haydn adereza sus composiciones religiosas de un misticismo casi íntimo, despreocupado de alcanzar grandes evocaciones divinas.


Rossini: Stabat Mater
Otra obra nacida por encargo español, en concreto el recibido por Gioacchino Rossini (1792- 1868) de parte del clérigo español Manuel Fernández Varela. El compositor de óperas como El Barbero de Sevilla, ya retirado, aceptó el encargo a regañadientes con la condición de no ser nunca publicado y ser únicamente ejecutado en conciertos privados. Rossini no pudo culminar la composición por un súbito ataque de lumbago y encargó el resto del trabajo a Giuseppe Tadolini, antiguo discípulo suyo. Dividida en 10 partes o movimientos, musicalmente está asentada sobre instrumentos de cuerda, viento (tanto madera como metal) y percusión y precisa de una soprano, una mezzosoprano, un tenor, un bajo y un coro mixto.


Dvořák: Stabat Mater
Es muy posible que la obra mariana más famosa de la Belle Époque sea el Stabat Mater de Antonín Dvořák (1841- 1904), una composición religiosa que fue adoptada con entusiasmo por coros de todo Occidente, le abrió al compositor las puertas de Londres y Estados Unidos.
Destaca su poderoso comienzo en Fa sostenido. Conviene destacar en este punto que el uso de Fa sostenido es intencionado. Los compositores solían empezar sus obras religiosas corales con introducciones en tonalidades en sostenido, dado que la representación musical de la acotación de sostenido se realiza con el símbolo #, el cual en la notación medieval, también representaba la Cruz de Cristo.
A partir de esta poderosa introducción, Dvořák juega con los conceptos de dolor, serenidad y resignación a lo largo de la obra, usando el texto en latín para pintar un ambiente soberbio de su propia condición humana golpeada por la muerte de todos sus hijos, sobreponiéndose al dolor y usando la música como el bálsamo que cura y restaura su alma y de paso sus excepcionales poderes creativos.


Penderecki: Pasión según San Lucas
Obra capital del siglo XX, dio al compositor Krzysztof Penderecki (Polonia, 1933) la aclamación popular, por su carácter devotamente religioso, escrita en un lenguaje musical vanguardista, y compuesto en la Europa Oriental Comunista. Los públicos occidentales la consideraron como un desafío a las autoridades soviéticas y le dieron su total apoyo. Varios estilos musicales pueden observarse en la obra: las texturas experimentales están balanceadas con la forma barroca de la obra y el uso ocasional de una escritura armónica y melódica más tradicional.
Como curiosidad, destacar que esta Pasión está concebida sobre un motivo musical compuesto por las notas Si bemol- La- Do- Si, que, traducidas a notación alfabética (donde cada sonido se corresponde a una letra) forman la palabra BACH.


Pärt: Passio Domini Nostri Jesu Christi secundum Joannem
Entre las numerosas obras religiosas para el periodo de Semana Santa del estonio Arvo Pärt (1935), destacamos esta composición para solistas, conjunto vocal, coro y conjunto instrumental estrenada en 1982. Se enmarca dentro de un periodo que el propio Pärt describe como tintinnabular (“tintineante”), como el tañir de campanas. La música se caracterizaba por armonías simples, frecuentemente notas sueltas sin adornos, o acordes (los cuales formaron la base de la armonía occidental). Los tintinábulos son rítmicamente simples y no cambian el tempo, lo que da una sensación de quietud mística, de lenguaje austero de profunda belleza espiritual con técnicas minimalistas.
Pärt ha dicho que su música es similar a la luz que pasa a través de un prisma: “la música puede tener un significado ligeramente diferente en cada oyente, creando un espectro de experiencias musicales, similar al arco iris”.


Gubaidúlina: Johannes-Passion y Johannes-Ostem
El díptico formado por La Pasión según San Juan y La Pascua Según San Juan nos introduce de lleno en el siglo XXI. Ambas están compuestas, con dos años de diferencia, por la compositora ruso-tártara Sofía Asgátovna Gubaidúlina (1931)como fruto del proyecto Passion 2000, impulsado por la Academia Bach de Stuttgart para conmemorar el 250 aniversario de la muerte del compositor de Leipzig. En ella Gubaidúlina mezcla los textos del Evangelio, en los que se relata la Pasión de Cristo como hecho histórico, con los del Apocalipsis, que es atemporal. Gubaidúlina se enfrentó al obstáculo de que ella es de confesión ortodoxa, y en esta Iglesia no se incluyen instrumentos musicales, por lo que intentó adaptar este tipo de pasión dramática de la Europa occidental a su versión.

Conocida por la profundidad religiosa de su música, sus declaraciones definen perfectamente su forma de entender la composición: “No encuentro ninguna otra manera de explicar la existencia del arte que como un medio para expresar algo más grande que nosotros mismos. No puedo lograr una decisión musical simple, excepto con el fin de establecer una conexión con Dios. Si separase la meta religiosa de la musical, la música no significaría nada para mí”.

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